Prohibido no tocar

La ciencia en muchas ocasiones aparenta ser muy complicada y, por lo general, resulta poco atractiva a la juventud, a menos que encontremos los estímulos adecuados para que nos enganche. No existe país que no tenga museos dedicados a la ciencia y podemos descubrir la historia de una sociedad que ha evolucionado gracias a ella.

Sin embargo, está surgiendo desde hace tiempo, museos diferentes en los que a diferencia de los demás, en los cuales  solamente se pueden ver piezas o visitar mediante grupos con cita previa, las personas que se acercan pueden interactuar con todo lo que ven en él y comprender realmente la importancia de las innovaciones pasadas, presentes y pensar en las futuras de una forma más abierta.

Entre estos museos especiales está el Museo Participativo de Ciencias del Centro Cultural Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa se ha bautizado con el nombre de Prohibido no tocar y es una propuesta perfecta para jóvenes y mayores. En este espacio se podrán armar circuitos eléctricos, jugar con los reflejos en espejos, proyectar sombras, saber el nivel de audición de cada participante, comunicarse a distancia sin cables, levitar como en un truco de magia o jugar con rayos laser y más.

El Museo Participativo de Ciencias es una institución que se dedica a la divulgación lúdica que está abierta todo el año. Abrió en 1988 y más de dos millones de personas han pasado por él. Posee salas en las que el visitante puede disfrutar de exhibiciones interactivas con las que jugar  y hacer que el visitante quiera participar más.

Así que, si en un futuro cercano, queremos viajar a Argentina y conocer Buenos Aires de otra forma, podemos hacerlo solos o con la familia a través del museo de ciencia que seguro nos permitirá descubrir muchos secretos que desconocemos y que son más cotidianos de lo que pensamos, en las que no habríamos reparado y otras que conoceremos de una manera más divertida y lúdica.