La importancia de ser docente

Ser docente hoy en día es uno de los trabajos más duros y más sacrificados que existen. Esto se debe no solo a que vivimos momentos difíciles en nuestra sociedad, sino también porque tenemos la educación del futuro de nuestro país en nuestras manos, lo que de alguna forma, supone una especie de presión sobre el profesorado para hacer las cosas “como es debido”, según se le ordena desde arriba.

Y es que contamos con una desventaja a la hora de enseñar: debemos ceñirnos a un plan específico, a un currículo que nos dice cómo y cuándo debemos enseñar y evaluar, de qué forma debemos hacerlo y en cuánto tiempo debemos hacerlo.

Esta presión, hace que  muchas ocasiones el profesorado no pueda actuar de la forma más correcta o de la forma que más desean enseñar, ya que estamos limitados dentro de un círculo cerrado del que no podemos salir. Enseñar no solo consiste en hacer a nuestros alumnos aprender textos y lecciones de memoria para luego obtener una calificación, enseñar significa educar en valores, formar a ciudadanos dignos y honrados, enseñar de una manera motivadora, igualitaria y justa para todos.

Muchos maestros se ciñen a este plan y no pretenden innovar ni avanzar en su sistema de enseñanza, otros sin embargo, preferimos avanzar, enseña de una manera más creativa, más motivadora para nuestro alumnado, lo que en muchas ocasiones no se puede llevar a cabo como deseamos, lo cual crea un clima de insatisfacción y desmotivación en el profesorado, lo que influye directamente sobre el alumno.

Por ello, debemos luchar para cambiar un sistema que solo pretende sistematizar y jerarquizar la enseñanza en las escuelas, para poder llegar a formar a nuestros alumnos como ciudadanos justos y eficientes.